La primera vez que vi la forma en que fue construida la plataforma DEN me dije "oye, qué increíble, porque está pensada para que la gente se agrupe, se vea, converse". La sensación que yo siempre tuve frente a la posibilidad de crear un proceso de enseñanza virtual era que tiene toda una gran potencialidad pero también tiene un costo muy alto en términos de pérdida de la posibilidad del contacto con el otro.
Cuando vi la plataforma DEN dije "oye: eso lo han logrado resolver, porque está pensada de tal manera que te invita a tener espacios reales de encuentro con el otro, de diálogo en tiempo real". Eso me pareció súper interesante. Me ha tocado trabajar en otras plataformas donde la forma de interactuar es muy diferente.
Cuando llegué aquí a trabajar con el grupo que está participando en la Maestría en Promoción y Desarrollo Cultural a distancia me dijeron "este grupo es la primera vez que se ve después de unos pocos meses de trabajo a distancia". Tenían dos días de haberse encontrado y me impactó ver a un grupo tan intenso, como con un nivel de complicidad y de cercanía que me pareció análoga al que se logra en el tiempo cuando se tiene un espacio real de encuentro, es decir que sólo se puede llegar a ese nivel como producto de la convivencia.
Yo pensé "qué extraño, veo este grupo disfrutándose a un nivel de intimidad de encuentro que puedo entender para quienes ya llevan un mes juntos, no para quienes llevan dos días". Entonces comencé a establecer asociaciones y llegué a concluir que efectivamente este trabajo que han hecho en DEN es una apuesta sorprendente. Hay una idea muy clara en que desde lo virtual también buscan resguardar el contacto humano; buscan dar la posibilidad de tener el contacto directo y además de aprovechar la oportunidad de estar con el otro a la distancia y construir conocimiento. Entonces se explica que cuando vienen al encuentro presencial anual ya estén consolidados como grupo, que ya hayan construido una historia compartida, que ya hayan debatido y sólo les falte la experiencia de conocerse personalmente.
Me queda muy claro que esos son temas que fueron reflexionados a la hora de construir la plataforma. Pero no queda sólo en eso. Es una filosofía que se expresa en la plataforma pero también en la forma del trabajo de tutoreado que ustedes hacen constantemente. Es notable ese toque especial en la relación que no sé si he visto en otro lado. Es una concepción que se hace presente en la plataforma, en la asesoría a distancia y en el momento de estar presentes.
Me sorprendió el gran tamaño del grupo con el que estoy trabajando. Estos grupos no son fáciles de generar cuando estamos hablando de estudios de posgrado, ya sea maestrías o doctorados. La tendencia es tener grupos menos numerosos, y que además se van reduciendo porque en el camino se van bajando del tren. Y por lo que veo, aquí el nivel de deserción es bajísimo. En eso también se ve el efecto.
La queja general de la gente que está haciendo esos niveles de estudio es que se sienten muy solos. Es que los profesores no tienen tiempo para ti. Hay como toda una ilusión de profundizar conocimientos, de ir construyendo más claramente tu campo de estudio, de trabajo, pero realmente te sorprende la soledad en que tienes que armarlo. Creo que este es un espacio que te da un soporte, donde estoy para construir contigo, estamos todos para construir juntos, y entonces no se carga de trabajo el docente. Es un espacio que invita a que todos somos parte de lo mismo y el docente es un actor más. Entonces se democratiza mucho el espacio de aprendizaje y de construcción de conocimiento. Eso es por la forma en que DEN lo construyó; le han dado esas particularidades y tienen un resultado como este.
Es que le dieron un carácter muy humano. Todas las plataformas educativas fueron construidas para seres humanos, pero no lograron su objetivo. En ese sentido es como si aquí hubiera una especie de mística, de magia. Es muy impresionante.
