Orden al desorden
Es muy posible que en algún momento de nuestras vidas un poco de descuido haya originado algo de desorden, el cual, a su vez, haya podido ocasionar la pérdida de algún objeto, documento o hacernos olvidar una llamada importante.
Durante la adolescencia o incluso durante nuestros años universitarios, nuestro desorden quizás no nos haya causado problemas, pero en el trabajo puede llegar a convertirse en un hábito dañino y es necesario que sea corregido cuanto antes para evitar consecuencias lamentables que podrían devenir en el despido.
Para corregirlo, hemos planteado algunas sugerencias que probablemente cada persona maneje a su manera, pero que hasta ahora nos han dado excelentes resultados.
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy: Probablemente estemos cansados de que nos repitan este dicho, pero no hay nada más certero que esto. Si cuentas con una planificación diaria, cúmplela, ya que al dejar trabajo para mañana, comienzas a crear un círculo vicioso que irá retrasando todo el proceso paulatinamente y, a menos que lo anotes, seguramente se te olvidará. Además, no existe nada más satisfactorio que haber alcanzado tus objetivos del día.
- Administra tu tiempo: Es absolutamente necesario saber administrar este importante y valioso recurso, especialmente si tenemos problemas de organización. Con la ayuda de una agenda fija, horarios y límites de horas serás capaz de realizar nuestras tareas y metas diarias. De esta forma, es más seguro que cumplamos con todas nuestras asignaciones y evitaremos que se nos olviden o se traspapelen.
- Usa las herramientas disponibles: Actualmente, existen infinidad de aplicaciones y herramientas que te ayudan a planificar tu día, unas más tradicionales que otras. Desde un cuaderno y aplicaciones móviles, hasta agendas telefónicas y sticky notes en la PC. De acuerdo con tu personalidad y forma de ser, unas se ajustan más que otras; pruébalas todas y escoge la que mejor se adapte a ti.
- Evita distracciones: Si eres de aquellos que se distrae fácilmente, aleja todo lo que te pueda causar distracción mientras estés trabajando. Sí, hablamos del móvil, ya que si estás en medio de una asignación y revisas el teléfono constantemente es probable que cuando vuelvas a hacer lo que deberías estar haciendo, ya hayas perdido el hilo y tengas que empezar desde cero, malgastando así tu tiempo, o, peor aún, que pases a la siguiente tarea del día sin haber concluido la anterior pensando que sí lo hiciste.
- Organiza los papeles: No existe nada peor que un escritorio atiborrado de papeles que no tienen ni principio ni fin. Organízalos, utiliza archivadores y hasta los famosos post-its para identificar los documentos. Haz esto sobre la marcha, es decir, acabas de recibir o imprimir un documento, hazle una referencia breve indicando de qué se trata, por ejemplo, “Informe diario 25/05/2016”, agrega el comentario en las notas autoadhesivas (las cuales son una maravilla ya que permiten identificar los documentos sin deteriorarlos cuando las retires), pégaselo a tu documento y archívalo dentro de la categoría correspondiente.
Ahora, llegó el momento de trabajar para corregir este mal hábito y no sólo lograremos una mejora en la imagen que transmitimos al mundo de nosotros mismos, sino que además seremos más productivos en el trabajo y en otros aspectos de nuestras vidas, también esto nos ayudará a reducir los niveles de estrés ya que ahora sabremos dónde pusimos aquel informe que debíamos entregarle hoy a nuestro jefe.
Dedícale 5 minutos diarios a organizarte y a organizar tu planificación diaria y verás como el resto del día fluye sin problemas.
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Lic. Rebecca Gomes F. / NEUVOO
Coordinadora de Alianzas Estratégicas para CO/VE
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