Quinto artículo de la serie "Introducción a la Simulación Sistémica".
La simulación como recurso clave del e-learning
De la práctica como apoyo en el aprendizaje al aprendizaje centrado en la práctica
Antes de avanzar en este tema es importante notar que el propósito principal del conocimiento es asegurar la supervivencia y el desarrollo del ser humano como individuo, como grupo y como especie, es decir, dar a las personas la posibilidad de actuar en la vida ante la diversidad de situaciones que se les presentan. Por ello, el objetivo principal del aprendizaje es desarrollar directa o indirectamente la capacidad de acción.
El aprendizaje centrado en contenidos
Tradicionalmente, la capacitación se ha basado en modelos de tipo expositivo, en los cuales un experto en determinado tema transmite su conocimiento a otras personas por medio de contenidos teóricos.
Cuando el objeto de estudio es un sistema, es decir un conjunto de procesos y elementos que interactúan entre sí y con el medio que les rodea, esta forma de capacitación tiene serias limitaciones. Entre otras se pueden mencionar:
- Debido a las restricciones de tiempo, el instructor explica aquello que considera más relevante para el aprendizaje. Quedan sin contemplar aspectos que, si bien parecen secundarios, para el estudiante dan integridad y significado al conocimiento.
- El instructor expone las conclusiones a las que arribó como consecuencia de su propio proceso mental. Rara vez describe el proceso mismo, y cuando lo hace generalmente no tiene mayor utilidad, pues éste difiere del que necesita seguir cada estudiante para construir su propio producto de conocimiento.
- Más que una verdadera elaboración mental, en los estudiantes se suele producir una recepción de información y un intento de relacionarla mediante actividades de reflexión. La información recibida tiende a almacenarse en la memoria en paquetes con débiles conexiones mutuas y no llega a constituir una base de conocimiento.
- En la mayoría de los casos, para superar esas limitaciones y aumentar la eficacia de esa forma de capacitación se suelen emplear actividades de ejercitación. Si bien éstas son útiles, como se centran en casos particulares no contribuyen a que los estudiantes se formen una visión global, totalizadora, del sistema en estudio. Por ello les suelen quedar grandes vacíos de conocimiento, que sólo se pueden llenar a partir de las experiencias logradas en el mundo real.
Como consecuencia, en esas formas de capacitación suele suceder que los estudiantes acumulen cierta información en sus mentes y que luego tengan que convertirla en conocimiento por sus propios medios. El verdadero aprendizaje se produce cuando tratan de llevar a la práctica lo que supuestamente han aprendido en la capacitación formal.
El aprendizaje centrado en el proceso
Existe una forma de aprendizaje más avanzada, en la cual el centro de atención no está en los contenidos sino en el proceso que se produce en la mente del estudiante para la construcción de conocimiento. Si bien en ella también se emplean contenidos teóricos, la atención se enfoca en ayudar a cada estudiante a desarrollar un proceso mental que le lleve a construir conocimiento por sí mismo. Es más; muchas veces en vez de ofrecerle una profusión de contenidos se le da orientación para que busque información por sus propios medios.
En ese proceso, el estudiante comprende ciertos conceptos claves y las relaciones entre los mismos, percibe la vinculación entre esos conceptos y lo que ya conocía y descubre cómo la aplicación de esos conceptos afecta al mundo real. Al igual que en el caso anterior, se trata de un aprendizaje netamente conceptual, aunque mejorado pues se adapta a las características propias de cada estudiante. Aunque aquí también influyen la sofisticación del diseño pedagógico, la cantidad y el atractivo visual de los contenidos, la eficacia de ese proceso depende más de la estructura mental, la motivación y los hábitos de estudio del estudiante, es decir de factores esencialmente personales.
En las formas de enseñanza tradicionales, en las que se reúne a los estudiantes en un aula y se les imparte a todos la misma instrucción, es muy difícil aplicar esta forma de aprendizaje. En cambio, sí es posible aplicarla cuando se emplean métodos de capacitación distribuida.
Así, el uso de tecnología permite avanzar hacia formas de capacitación más complejas, en las cuales cada estudiante puede aprender no sólo en su lugar y a su ritmo sino además (y aquí está la diferencia) a su modo. El proceso se puede adaptar a la estructura mental del estudiante, a sus procesos de pensamiento, a sus conocimientos previos y a las necesidades que le impone el medio que le rodea.
El aprendizaje centrado en la experiencia
La única fuente del conocimiento es la experiencia (Albert Einstein)
La aplicación de tecnología al aprendizaje permite ir aún más allá. De hecho, permite rediseñar completamente los procesos de aprendizaje, que de estar centrados en los conceptos pasan a estar centrados en las vivencias, en las experiencias personales.
En la figura se muestra una comparación entre los procesos de las tres formas de aprendizaje explicadas. Al comparar el mostrado en la columna de la derecha, correspondiente al aprendizaje centrado en la experiencia, con los otros dos, se pueden notar las siguientes diferencias:
a) La experimentación pasa a ser el centro del proceso de aprendizaje. Los contenidos sólo se emplean, según lo que necesite cada estudiante, para comprender por qué el sistema real funciona de esa manera y las causas por las que se producen determinados afectos como consecuencia de las acciones aplicadas sobre el mismo.
b) Al enfrentarse con situaciones reales que ha de resolver, el estudiante percibe claramente qué sabe y qué no sabe. Ello le motiva a buscar las explicaciones que necesita, sea en los contenidos o en otras fuentes, y a seguir experimentando. La motivación hacia el aprendizaje nace de sí mismo.
c) Al experimentar con situaciones muy variadas que pueden ocurrir en el sistema real, el estudiante llegar a formarse una visión integral, sistémica, de éste. Su conocimiento del sistema no se forma por acumulación de fragmentos de información, sino que sucede exactamente al revés: llega a conocer los fragmentos como partes de un sistema que percibe en su totalidad. Gracias a ello, además de comprender por qué suceden determinados fenómenos al aplicar ciertas acciones, puede predecir qué sucederá si se aplican acciones diferentes o si se producen ciertas perturbaciones al funcionamiento normal.
Hay dos formas de aplicar esta forma de aprendizaje. Una se basa en la acción sobre un sistema real (forma que se suele llamar "on the job training", aprendizaje en el puesto de trabajo) y la otra en el uso de simulaciones sistémicas, es decir, de simulaciones que responden ante las acciones ejercidas por el estudiante de la misma forma que lo haría un sistema real.
Entre ellas, la simulación sistémica brinda grandes ventajas, pues:
a) Permite experimentar sin costo por los errores cometidos.
b) Permite ensayar una amplia variedad de situaciones en corto tiempo.
c) Permite observar una relación directa entre las acciones aplicadas y los efectos producidos, lo cual no suele suceder cuando se trabaja con sistemas reales.
Aquí es muy importante no confundir una simulación sistémica con lo que muchas veces se llama simulación en e-learning, y que no es más que una representación gráfica de un escenario real. Si bien una simulación sistémica también usa interfaces gráficas, su corazón está en el proceso basado en un modelo matemático, que hace que responda a los muy diversos estímulos de la misma forma que lo haría el sistema real. En cambio, una representación gráfica sólo se suele estar preparada para reproducir determinado tipo de respuesta, con lo cual da una visión fragmentaria de la realidad.
La simulación sistémica en la actualidad del e-learning
El uso de modelos adaptativos de aprendizaje y de simulaciones sistémicas da al e-learning una enorme potencia, en cuanto a la capacidad de impulsar la construcción de conocimiento dirigido a la acción. Sin embargo, las simulaciones sistémicas se usan muy poco en e-learning, debido principalmente a:
- la falta de preparación de las plataformas tecnológicas para intercambiar información con aplicaciones cerradas como suelen ser los programas de simulación,
- el elevado costo y el largo tiempo de desarrollo de los simuladores sistémicos,
- las dificultades de adaptación de los simuladores a los sistemas deseados y especialmente
- la falta de habitualidad de su uso en capacitación.
Gracias al avance de la tecnología de e-learning, ya disponemos de la solución que hace posible el uso habitual de simulaciones sistémicas en procesos de aprendizaje. La misma consiste en:
- Plataforma de aprendizaje con motor de simulación integrado, preparada para incorporar simuladores sistémicos como componentes y para operar con procesos adaptativos de aprendizaje.
- Métodos sencillos para el desarrollo de modelos conceptuales, que facilitan la producción de simuladores.
- Generador de simuladores basados en modelos matemáticos, que reduce substancialmente los tiempos y costos de desarrollo de simuladores sistémicos.
- Posibilidad de construcción de simuladores con estructuras modulares, que permiten m odificar muy fácilmente cualquiera de los componentes y reutilizar módulos disponibles para construir diversos simuladores muy rápidamente y a bajo costo.
Autor: Raúl Santamarina
Ingeniero (UBA), consultor de empresas en gestión y cambio organizacional, con larga experiencia en capacitación aplicada al desarrollo estratégico de las organizaciones.
Director de Distance Educational Network.
Presidente de Distance Educational Network Argentina (Instituto Argentino de Técnicas Empresariales).
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